Actualmente son cada vez más las personas que presentan molestias digestivas originadas tras la ingestión de determinados alimentos. Los alimentos que más frecuentemente se relacionan con estas molestias digestivas son alimentos derivados de cereales y de lácteos.
¿Qué es la Intolerancia al gluten – Celiaquía?
La celiaquía se debe a la intolerancia al gluten, que es un conjunto de proteínas presentes en la mayoría de los cereales. Se caracteriza por una reacción inflamatoria en la mucosa del intestino delgado, provocada por una respuesta inmune, que dificulta la absorción de macro y micronutrientes.
Los síntomas más frecuentes son la pérdida de peso y apetito, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, distensión y dolor abdominal, pérdida de masa muscular, retraso del crecimiento y depresión entre otros.
La intolerancia genética al gluten, no garantiza la presencia de la enfermedad. De todos modos, si la genética indica una intolerancia al gluten, es alta la probabilidad de que la enfermedad pueda presentarse. De todos modos, para confirmar la presencia de la misma, es importante también acompañarla de estudios clínicos como las endoscopías.
El tratamiento de la celiaquía consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten. Así, se produce la normalización clínica y funcional, reparándose los daños causados en las vellosidades intestinales.
¿Qué es la Intolerancia primaria a la lactosa?
En ocasiones, las personas presentan dolor y distensión abdominal, hinchazón, gases y diarrea, tras el consumo de lácteos. Estos síntomas pueden estar originados por la incapacidad de metabolizar la lactosa, azúcar principal de la leche. La lactosa es hidrolizada en el organismo a través de una enzima denominada lactasa dando lugar a glucosa y galactosa que se absorben a nivel intestinal. Cuando la lactosa no es hidrolizada, pasa al intestino grueso provocando los síntomas.
La intolerancia primaria a la lactosa o hipolactasia adquirida es la causa más común de intolerancia a la lactosa en el adulto y tiene un origen genético. Se estima que aproximadamente el 75% de la población pierde la capacidad de digerir lactosa en algún momento de su vida. La pérdida de la actividad está asociada a la edad, siendo lo más frecuente en la edad adulta.
¿En qué consiste la prueba?
- La prueba consiste en una simple toma de muestra de saliva. A través de un solo análisis, se puede saber si existe predisposición genética a la celiaquía y/o intolerancia primaria a la lactosa.
¿Para quién está recomendada la prueba?
- Personas con sospecha de enfermedad celíaca y estudio serológico negativo, antes de realizar la biopsia.
- Personas con serología positiva para enfermedad celíaca que rechazan la biopsia.
- Personas con sintomatología compatible con enfermedad celíaca.
- Personas con sintomatología compatible con intolerancia a la lactosa